Parque del rio Congost
La necesidad del ayuntamiento de resolver los límites de la ciudad que estaban históricamente abandonados y el propósito de conseguir el espacio libre que estos lugares nunca tuvieron
El vivero tiene como objetivo el cultivo y preparación de plantas (especialmente de temporada), destinadas a los parques y jardines de la ciudad de Barcelona. Es, por tanto, un lugar de trabajo con unos requerimientos de uso y movilidad interior especiales y con una imagen variable y de difícil control a lo largo del año.
Se pretende también que el vivero sea visitable para el público ciudadano, convirtiéndose en un conjunto pedagógico que, a la vez de contener las funciones propias de un vivero, contenga un arboreto de los árboles de la ciudad de Barcelona, una zona de jardín destinada a planta aromática, medicinal y de cocina, un aula de naturaleza al aire libre y un gran invernadero público capaz para grandes ejemplares.
Por su especial situación el nuevo vivero debe integrarse en el conjunto de la montaña de Montjuïc, evitando que se convierta en una isla en el interior de la sucesión de parques y bosques de la montaña. Por esta razón se le da mucha importancia a su tratamiento orográfico y la disposición de la vegetación para intentar esta integración y conseguir hacer compatibles las funciones de vivero y parque público.
El vivero se organiza en una serie de terrazas que se adaptan a la orografía del terreno, variando en lo mínimo posible el perfil actual de la montaña. Estas terrazas son de trazado curvo y de anchura variable, con un ancho de 30 m en el centro y de 15 m en el extremo, de manera que las terrazas se unen a la topografía actual en sus dos extremos.