Baixada dels Drets
Reurbanización de una calle a la entrada del casco histórico de Manresa
El proyecto de urbanización del Frente Fluvial del Ebro en la zona ocupada por el recinto de la Expo 2008 está formado por un conjunto de seis plazas temáticas diseminadas a lo largo de un paseo paralelo al río. Se trata de una superficie unitaria y flexible que denominamos bulevar ecológico sobre el que se sitúan un conjunto de plazas temáticas destinadas a las diversas actividades expositivas de la Expo 2008.
Algunos de los aspectos generales de la organización urbanística de la Exposición Zaragoza 2008 provienen de los criterios establecidos en el Plan Director que elaboramos junto con el Grupo Experiencia para obtener la nominación de la ciudad como sede de este evento. Este Plan ordenaba el recinto en dos plataformas situadas a cotas distintas que se desarrollaban paralelamente al río. La superior, que debía contener los pabellones principales, enrasaba con la cota de la ciudad, mientras que la inferior, situada en terrenos inundables, conectaba con el paseo de ribera que recorre el margen izquierdo del Ebro y que debía contener los pabellones temáticos, los cuales, tras la exposición, debían ser desmontados.
El proyecto específico que redactamos para la Expo Z’08 desarrolló la organización de esta plataforma inferior, el frente fluvial, las plazas temáticas sobre las que asentar los pabellones efímeros, el auditorio al aire libre y el gran espacio público que hilvanaba todas estas actividades.
El lugar se concibió como un “jardín de gotas de agua” formado por una secuencia de espacios circulares destinados no sólo a los diversos pabellones sino también a otros usos que le dieran sentido una vez finalizado el evento, desde pequeñas arboledas a estanques o plazas de juego. Gran parte del espacio intersticial entre los círculos se cubrió con una pérgola textil tensada de más de 10.000 m2 de superficie, soportada desde unos pilares metálicos. Su diseño se pensó específicamente para intentar reducir en más de 10°C la temperatura ambiental del recorrido. Para ello empleamos un tejido especial que se dispuso en grandes piezas circulares alternando espacios de sol y sombra para no cerrar completamente el lugar.
El frente fluvial se trató como un anfiteatro sobre el río desde el que poder contemplar los espectáculos nocturnos de la Expo. Mediante tablones de madera dibujamos una topografía que buscaba referenciar las crecidas del Ebro, haciendo compatible su uso como espacio público y su esporádica actividad hidráulica. Entre ambos espacios situamos un gran banco que reseguía perimetralmente el río, el lugar geográfico más importante de la exposición. En el proyecto de este banco de 700 metros de longitud y al que denominamos “ecogeográfico” colaboramos con el diseñador gráfico Isidro Ferrer.